Covid-19: con una mezcla de alegría y prudencia, los católicos tailandeses celebran la reapertura de las iglesias

Desde el 24 de mayo hay vía libre para las misas en varias zonas del país, entre ellas, Bangkok. En Chiang Mai, en el norte, deberá esperarse hasta el 7 de junio. Una “nueva normalidad” teñida de mascarillas, distanciamiento y control de la temperatura. Sacerdote en la capital: “Gran entusiasmo” pero también cierta inquietud por las medidas de precaución”.

Con una mezcla de alegría y prudencia, las iglesias de Tailandia reabren sus puertas en y se celebran las primeras misas públicas desde el inicio de la emergencia desatada por la pandemia del nuevo coronavirus. La decisión parece confirmar que los contagios y nuevos casos estarían controlados y que, según afirman los expertos, son estables, cuando no nulos. El país se encamina a un lento regreso a la normalidad, aunque muchos prefieren hablar de una “nueva normalidad”, con el uso obligatorio de mascarillas, control de la temperatura y seguimiento de los movimientos a través de smartphones o formularios que deben completarse cuando se entra a un negocio.

Los católicos han recibido con satisfacción la reapertura de las iglesias a partir del 24 de mayo, pero las parroquias y diócesis continúan predicando la prudencia y la atención. El 17 de mayo pasado, el gobierno de Bangkok dio luz verde a una serie de actividades como centros comerciales, museos o la posibilidad de reanudar el consumo de comidas en restaurantes.

Poco después, tuvo lugar el anuncio de la Conferencia Episcopal tailandesa, que fijó para la semana siguiente la reanudación de las celebraciones en los lugares de culto, con el compromiso de respetar plenamente las normas indicadas por los expertos para evitar los  contagios. Entre éstas, figura la necesidad de lavarse las manos con frecuencia, incluso al ingresar en las iglesias, y el distanciamiento de al menos un metro y medio entre las personas, además de limitar el ingreso para evitar las aglomeraciones.

Sin embargo, rigen diferencias en el interior del país; así como Bangkok y Ubon fijaron como fecha de reapertura el 24, las misas en la catedral de Chiang Mai se retomarán recién el 7 de junio, como subrayó un jesuita francés, el Pbro. Olivier Morin. Luego de dos meses de ausencia, laicos y sacerdotes se preparan para vivir el momento con alegría mezclada con prudencia. La Sra. Thongpan Panduang, una mujer de 68 años oriunda de  Yasothorn, en el nordeste del país, subraya que “cuando oí la noticia […] me sentí aliviada, liberada y llena de alegría”.

El Pbro. Sarayuth Konsupap, un jesuita de la parroquia de Xavier Hall, en Bangkok, no disimula el “gran entusiasmo” por retomar las misas, ya que “finalmente, podremos vernos de nuevo. Sin fieles, tenía la impresión de que todo fuese vacío. La dimensión comunitaria es primordial para nosotros, los católicos”, aunque al mismo tiempo siento “cierta inquietud. Pienso muchos en las medidas precautorias suplementarias y en los gestos que podemos tener para evitar el riesgo de contagios”.

En el exterior de la catedral de Bangkok, se distribuyen mascarillas protectoras entre los fieles. En estos días, el debate público no se centra en la libertad religiosa y en la reapertura de los lugares de culto, sino más bien en la importancia de protegerse a uno mismo y a los demás de cualquier posibilidad de contagiarse. Según estadísticas oficiales, el número de personas afectadas por el coronavirus es poco superior a 3.000, mientras que la cifra de víctimas oficiales llega a 57.

Asianews