Laos: una ley para la protección y el conocimiento de la minoría cristiana
En la capital y en las grandes ciudades pueden vivir su fe libremente. La situación es diferente en las zonas rurales, donde son frecuentes los abusos y persecuciones. Una ley del gobierno tiene como objetivo promover una mejor comprensión de la minoría religiosa, a menudo erróneamente asociada con el Occidente imperialista.
En la capital Vientiane y en las grandes ciudades, donde los siete millones de habitantes son en su mayoría budistas, los cristianos, alrededor del 2% de la población, pueden practicar su fe de manera más o menos libre. La realidad es diferente en las zonas rurales, donde son frecuentes los casos de amenazas y persecuciones, a menudo perpetrados directamente o con el apoyo de las autoridades locales. Después de décadas de propaganda y abusos, el Partido Popular Revolucionario (de inspiración comunista, en el poder en Laos) aprobó una ley que refuerza la protección de la minoría cristiana.
En el pasado hubo frecuentes casos de cristianos laosianos, la mitad de ellos católicos, obligados a practicar su fe en secreto, por temor a sufrir violencia o represalias, sobre todo en las zonas rurales. Sin embargo, desde hace algún tiempo grupos de cristianos han empezado a colaborar con el Ministerio del Interior y el Frente de la Construcción Nacional para sensibilizar a las autoridades locales sobre una nueva ley vigente desde el mes de diciembre pasado. Favorece la práctica del culto «libre y serena».
Según informes de Eglises d’Asie (Eda), las iglesias deben observar las normas del país, las reglas y la legislación, garantizando a sus miembros un cierto margen de libertad. De hecho, según la denuncia de los grupos cristianos, todavía hay reiterados casos de funcionarios de las zonas rurales que amenazan, oprimen y tratan a los cristianos como ciudadanos de segunda clase.
Las persecuciones son el resultado de un pensamiento común en la mayoría (budista) de la población, según el cual los cristianos son «traidores» que practican una religión «extranjera» importada por misioneros que vinieron de Europa o Estados Unidos en el pasado. Y la misma propaganda oficial comunista ha presentado a los cristianos como un medio para imponer el imperialismo occidental en el país asiático, que en una época fue un protectorado francés. Además, muchos cristianos pertenecen a la etnia hmong, acusada de colaborar con los estadounidenses durante la guerra de Indochina del siglo pasado.
Los abusos también dieron lugar a detenciones, como ocurrió el pasado mes de marzo en una aldea de la provincia de Savannakhet, donde las autoridades encarcelaron a un pastor por organizar un servicio religioso. Fue encerrado en una celda sin ninguna explicación y sin formular en su contra ningún cargo oficial.
Un cristiano de una zona rural, entrevistado por Radio Free Asia (RFA), cuenta que “en algunas zonas agrícolas, los otros habitantes y las autoridades los consideran ‘malos elementos’. Muchos han sido atacados, algunos fueron expulsados de sus hogares o encarcelados», sobre todo porque “los funcionarios locales no los entienden». Hoy esperamos que estas iniciativas y estos encuentros -agrega- ayuden a mejorar el entendimiento mutuo” haciendo referencia a las reuniones que se realizaron durante las últimas semanas, en las provincias de Bokeo, Bolikhamsai y Savannakhet. “Durante un encuentro organizado en nuestra comunidad – concluye un miembro del clero de la provincia de Bolikhamsai, en la frontera con Vietnam – explicamos la nueva ley a los representantes de las autoridades locales. Y ellos transmitieron la información a sus responsables y a los habitantes de las aldeas”, promoviendo así el conocimiento y el entendimiento mutuos.
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