La hermana Paola relata, a través de los ojos de las Hermanas de la Caridad, la situación de Gabón, en el centro-oeste de África, un país rico en recursos naturales pero incapaz de encontrar su propia autonomía, debilitado por siglos de injurias y explotación.
Los bosques como recurso
La hermana Paola habla de Gabón como un país de bosques ecuatoriales, un recurso amenazado del que también se habló en la capital, Libreville, en la cumbre «Un bosque» con el presidente francés Macron y otros jefes de Estado.
Sin embargo, los recursos del país, desde la madera hasta el petróleo, pasando por el magnesio, no dan mucho a la parte más pobre del país, sino que, dice la hermana Paola, «crean el mal»: las palabras del papa Francisco, que dijo con motivo de su reciente viaje: «manos fuera de África», permanecen en el corazón de la hermana Neloumta.
Las Hermanas de la Caridad
En Gabón, las Hermanas de la Caridad están presentes en una escuela infantil y primaria, así como en Cáritas parroquial y diocesana. Por tanto, conocen de primera mano el desamparo de la población, reflejo de la crisis económica. Las dificultades del país pesan mucho sobre los hombros de las familias.
Una de las preocupaciones de la Hermana Paola es que la crisis del país propicia la proliferación de sectas, que atraen a los jóvenes con falsas promesas. Las hermanas intentan contrarrestar este fenómeno estando cerca de los jóvenes, ayudándoles, a través de la animación, a aprender oficios manuales, a luchar contra los problemas, sin desanimarse. Así pues, las hermanas se centran en la pastoral juvenil.
Desigualdades sociales y económicas
Por último, la Hermana Neloumta habla de la gran brecha que existe en el país entre ricos y pobres.
Tras la retirada de los franceses, Gabón se debilitó, dejando espacio a otros tipos de explotación por parte de intereses extranjeros. Lo que hace falta, dice, es un gobierno que se preocupe por el bien del país.
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