Nace de la intuición de la entonces hermana de la Caridad Elvira Petrozzi, que hacia mediados de los años setenta sintió surgir en su interior como «un fuego, un fuerte impulso interior» para dedicarse a los jóvenes que veía extraviados, perdidos, con problemas de drogadicción.

Tras una larga, paciente y confiada espera, el 16 de julio de 1983, en Saluzzo (CN), fiesta de Nuestra Señora del Carmen, fundó la Comunidad Cenáculo, que no es sólo una obra social o asistencial, sino que es sobre todo una «familia», una «escuela de vida», fundada en la fe, la confianza en la Divina Providencia, la oración, el trabajo y el sacrificio por quienes pedían un lugar y ayuda para renacer.

Hoy, la Comunidad está extendida por todo el mundo, 71 «Fraternidades» en 20 países, oasis de esperanza para personas marginadas y desesperadas, en situación de desamparo físico y espiritual, especialmente las atrapadas en el túnel de la droga y el alcoholismo.

Con motivo de su 40 aniversario, miles de personas y amigos se reúnen para reflexionar y rezar juntos. En este aniversario especial hay dos reliquias de santos: San Vicente de Paúl y Santa Juana Antida Thouret, símbolos del amor a los pobres.

«Saludo cordialmente a la Comunidad Cenáculo, que desde hace 40 años es lugar de acogida y de promoción humana; bendigo a Madre Elvira, al Obispo de Saluzzo y a todas las fraternidades y amigos. ¡Es hermoso lo que hacéis y es hermoso que existáis! Gracias».

El Papa Francisco en el Ángelus del domingo 16 de julio de 2023