Desde el 7 de octubre, el conflicto de Gaza proyecta una sombra aún más oscura sobre la dificilísima situación de Líbano. Oficialmente, el Estado se ha posicionado en contra de entrar en la guerra, pero ¿qué sentido tiene esta decisión cuando sabemos que, en el sur del Líbano, el partido Hezbolá, respaldado por Irán, está dispuesto a luchar?

Asustados y angustiados por el intercambio de disparos entre el ejército israelí y los combatientes del Hezb, los habitantes de la zona fronteriza experimentan un éxodo interno masivo. Impulsadas por el instinto de supervivencia, las familias libanesas abandonan sus tierras, sus casas y sus empleos para refugiarse en el Metn o en el Norte.

Este éxodo voluntario está creando nuevos retos para nuestras escuelas de Metn y Kesrwan, que se enfrentan a un centésimo desafío: prepararse para acoger a alumnos de otras escuelas del sur e integrarlos en un entorno escolar ya debilitado por la crisis económica.

La hermana Marie Rached, directora de Saint Vincent-Baskinta, asegura que la comunidad escolar se prepara para solidarizarse con las familias del sur.

«Nuestros alumnos sufrieron varios traumas tras la doble explosión en el puerto de Beirut y la marcha masiva de profesores desestabilizó a la comunidad escolar. Sin embargo, están respondiendo positivamente a las reivindicaciones actuales».

Tras enumerar una serie de acciones previstas para la eventual acogida de refugiados, añadió:

«No nos rendimos en estos momentos de angustia e inseguridad física y seguiremos apoyando a nuestro pueblo con los escasos medios de que disponemos».