Cristo es la vid, y nosotras sus sarmientos
Tenemos la gracia de acercarnos al año jubilar, que reunirá a toda la Iglesia en oración y acción de gracias. Estamos llamadas a «ponernos en camino», a hacer de nuestra vida, de nuestra misión, de nuestra vida comunitaria y de nuestra oración una peregrinación para que crezca la Esperanza, la Esperanza que tanto necesita el mundo de hoy.
De la Bula de Convocación del Jubileo 2025:
«La peregrinación expresa un elemento fundamental de cada acontecimiento jubilar. Ponerse en camino es propio de quien busca el sentido de la vida. Peregrinar a pie favorece para redescubrir el valor del silencio, del esfuerzo, de la esencialidad. Transitar de un país a otro, como si se superaran las fronteras, pasar de una ciudad a otra en la contemplación de la creación y de las obras de arte permitirá atesorar experiencias y culturas diferentes, llevar dentro de uno mismo la belleza que, armonizada por la oración, conduce a dar gracias a Dios por las maravillas que Él realiza».