El tiempo en prisión tiene sentido si es una oportunidad para una revolución interior. El trabajo manual colectivo es un auténtico taller de reconstrucción de la persona.
Con la colaboración de Cáritas Malta, los presos de la cárcel local pasaron un día entero trabajando con las monjas para la reapertura estival de la casa de Marsascala. Limpieza, orden, un nuevo aroma, un sentido de la acogida redescubierto. Y un almuerzo compartido.