«La Hermana Noha es una de esas personas que marcan vidas y que no serán olvidadas».

Así es como toda la Provincia Religiosa de Oriente, a través de la hermana Pascale, y con ella toda la familia de las Hermanas de la Caridad, quiso comenzar el homenaje a la hermana Noha, durante su funeral. Homenaje del que aquí informamos íntegramente.

Kfour, 26 de agosto de 2024

Homenaje a la hermana Noha

Algunas personas marcan nuestras vidas para siempre. La hermana Noha es una de esas personas que no pueden ser olvidadas. Su vida está íntimamente ligada a la historia de nuestra Provincia del Este. Su partida al cielo deja un gran vacío en nuestros corazones.

Ciertamente la lloramos… pero creo que, desde el cielo, nos invita a dar gracias al Señor por su vida llena de esperanza y de fe, de coraje y de determinación para anunciar el Reino sin miedo, a imagen de los grandes santos fundadores como Pablo de Tarso, de los santos filósofos y teólogos como Agustín, Juan Crisóstomo y Tomás de Aquino, de los santos Padres de la Iglesia y de poetas como Efrén… sin olvidar a santos místicos como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Francisco de Asís y tantos otros.

Podemos compararla con nuestra Fundadora Santa Juana Antida, una mujer intrépida que siguió adelante sin miedo al peligro, desafiando todos los obstáculos por la gloria de Dios y la promoción de los pobres.

¿Quién de nosotros no reconoce su aptitud natural para la claridad de palabra, la amplitud de sus conocimientos y la finura de sus intervenciones en todas las circunstancias?

Nacida en Deir El-Kamar el 14-9-1934, Noha ingresó en el noviciado de Kfour en 1964 y emitió sus primeros votos el 1-9-1966.

De 1966 a 1973, siendo aún estudiante universitaria (formación religiosa y filosófica), la hermana Noha enseñó en Sainte Anne Beyrouth. En 1974, fue enviada a la Sorbona de París, donde obtuvo un doctorado en filosofía y un máster en islamología.

A partir de 1975, las Superioras la destinaron al servicio de la autoridad, primero como Superiora Regional y después como Superiora Provincial, cargo que ocupó hasta 2010.

Reconocemos en ella el don de formar, liderar, fundar, animar, arriesgar, creer en los demás y empujarles a superarse.

Permítanme extenderme en tres puntos que la describen a la perfección.

La hermana Noha, una maestra incomparable

Nos abrió los ojos a la riqueza y profundidad de la teología de los Padres de la Iglesia, y a la belleza de la corriente mística tanto en el cristianismo como en el islam. Nos introdujo no sólo en una cultura religiosa abierta, sino también en la lectura de la actualidad según criterios basados en una sólida base de fe. Han sido tantos días y sesiones para contarlos. No sólo a nivel de la Provincia de Oriente, que comprende seis países, sino de toda la Congregación, especialmente en Italia, Francia y América. Ha pronunciado conferencias sobre el Islam en las diócesis de Suiza y Besançon. Formó parte de un grupo de reflexión e investigación sobre el Islam en la Universidad de los jesuitas de Beirut. Con gran dificultad, aceptó publicar algunas de sus conferencias, que aparecieron en tres volúmenes en 2014 con el título GUETTE L’AURORE, toi l’assoiffé de Dieu [Mirad el alba, sedientos de Dios]: una colección de poemas espirituales, brotados de un suelo filosófico regado con la Palabra de Dios; una muestra del océano de reflexiones e investigaciones que produjo para nuestra formación.

La hermana Noha, una mujer intrépida

Los años de la guerra civil en el Líbano demostraron su fortaleza al afrontar el peligro de los proyectiles, salvar nuestras casas, dar cobijo a nuestras hermanas, cerrar una escuela y abrir otra en condiciones muy precarias. Con sus acciones, nos enseñó que «la vida es más fuerte que la muerte». No había quien la parara, nos conducía hacia el objetivo principal: vivir para los demás fijando nuestra mirada en Cristo y cogidos de la mano de la Virgen María «Saït el Tallé», y esto en un tiempo de guerra en el que todo habla de muertos, mutilados, exiliados y refugiados, un tiempo en el que el miedo se apodera de nosotros y nos paraliza. ¡Noha siempre demuestra ser una mujer intrépida! Qué aventuras se encontró en sus viajes para animar a las hermanas y apoyarlas en su esperanza. Nos encantó escucharla relatar sus recuerdos de viajes por carreteras atrapadas por grupos armados, sus encuentros y su franqueza con los líderes para salvar la casa de Baabda de la ocupación. Por desgracia, nunca accedió a escribir sus dolorosos recuerdos.

Hermana Noha, una hermana de la Caridad visionaria y dinámica

Reconocemos en la hermana Noha el don de ver más allá, de aprovechar la hora de Dios para abrir una misión o cerrar otra. Somos testigos de que, a lo largo de sus mandatos, no dudó en explorar nuevos campos de misión en respuesta a las llamadas de la Iglesia, ya fuera en Líbano, Egipto… pero sobre todo en Sudán, India y Etiopía. Pionera, nos contagió su entusiasmo por lo nuevo. Las dificultades se disipan -nos decía- cuando nuestro corazón está en sintonía con el Espíritu, que nos inspira el amor al riesgo». Sus historias nos llenaban de entusiasmo y nos preparaban para responder con valentía a las nuevas llamadas.

Gracias, hermana Noha, por ser la hermana y la autoridad que nos ayudó a crecer en el don total de nuestras vidas como seguidores de Cristo.

Antes de concluir, he extraído un mensaje de esperanza del tesoro de sus escritos. Cito:

«Si escuchamos los gritos de nuestro mundo, podemos oír mucho sufrimiento. La enfermedad que padece hoy nuestra sociedad es la desesperación. Nos enfrentamos a fatalidades y, como resultado, no podemos hacer nada. Nuestro tiempo es un tiempo de desesperación.
Y ahora, en medio de esta desesperación que nos roe el corazón, el Señor llama a nuestra puerta y nos dice: «Yo soy la Resurrección y la vida» Tomo II p. 56.

Querida hermana Noha, tú que ahora contemplas cara a cara a Cristo resucitado, intercede por nosotros, no olvides a tus hermanas que, llorando, dan gracias a Dios por tu vida, tan bella porque fue ofrecida generosamente.

Hermana Pascale