En Rubik, un primer paso se vivió durante tres años con la presencia de la Hna. Marlyse y con una hermana de las Pías Venerine; esta experiencia, llegó al final. Durante el verano, dos hermanas: una de Elbasan y otra de Tirana llegaron para ayudar durante los campamentos de verano con niños.
Al mismo tiempo, se realizaron trabajos de reformas en nuestra casa: terraza, baños, sala dividida en dos, pintura. Durante dos meses el trabajo pastoral continuaba, pero una parte del tiempo se dedicó a los cambios y a la limpieza de toda la casa,
«La comunidad recomenzó en septiembre con una nueva realidad; iniciamos y escribimos la primera página de la nueva realidad misionera. En septiembre, experimentamos un primer tiempo con la Hna. Luisa Antonia, quien tiene que encontrar sus puntos de referencia en la comunidad y en la realidad donde fue enviada, después de vivir en la escuela de Elbasan como profesora de italiano y un tiempo en la comunidad de Durres. Ciertamente que el cambio es notable. Desde hace varias semanas somos dos hermanas, esperando la llegada de la Hna. Adeline que aún tiene varias actividades en Tirana,y quien se estaba preparando para su profesión perpetua. Para nosotras, es un tiempo para pensar, organizar la casa, tomar contacto con las diferentes personas que vienen a llamar a nuestra puerta, y también es un tiempo para conocernos mejor.
Cuando llegó la Hna. Adeline nos organizamos a nivel comunitario, pero sobre todo programamos las diversas actividades del centro cultural. Es un gran trabajo de paciencia, de encuentros con muchas personas, pero nos ayuda nuestro párroco, director de la Escuela de Rreshen.
El centro acogió muchos grupos y en 4 meses, puedo decir que las actividades fueron numerosas. Nuestro centro tienen el nombre del abad Doci, originario de Rubik (todavía existe su casa). Un día, de la preparación para la visita del Papa a Albania, fue dedicado a él; se prepararon carteles gigantes, documentos y objetos personales, conferencias realizadas por diferentes personalidades y exposición de pinturas de su familia, su casa, la iglesia de Orosh donde trabajó (la única que permaneció de pie durante la dictadura), también se expusieron recuerdos y vestidos de la época.
Una o dos veces al año, acogemos también a la Cruz Roja para recoger sangre. Hacemos una mañana de sensibilización, vienen dos enfermeras y un médico. La experiencia adquirida durante este segundo año muestra la perplejidad de las personas que todavía creen que después de dar gratis su sangre, vamos a venderla y otro aspecto es que muchas personas no pueden dar por problemas de salud (problemas de baja presión o de corazón, anemia, bajo peso, y muchos otros problemas como las drogas o el alcohol). La última vez recogimos solamente dos litros y medios.
El centro acoge a grupos tan diversos como los de gimnasia aeróbica, el Consejo Comunal; también nos piden una habitación para dar cursos de ajedrez para niños. Los cursos fijos son danza folklórica, cursos Çifteli (instrumento de música típicamente albanés), se reúne los niños después de la escuela, se dan cursos de italiano, inglés, un poco «de teatro, cocina y un almuerzo se ofrece a 8 niños, 2 veces por semana.
Otro aspecto de la misión es la pastoral. Nos dividimos la catequesis de los 7 centros con uno o dos grupos de niños y jóvenes. Incluso los adultos piden una preparación individual en vista de su bautismo o de sus hijos más pequeños. También hacemos tantas visitas a las familias, dando prioridad a los enfermos, a los ancianos y a las familias pobres o a las que tienen problemas con los niños. Alrededor de cuatro veces al año preparan y organizan conciertos con la colaboración de los maestros de la escuela y el alcalde. A veces se invita al grupo de danza y Çifteli para hacer una contribución participando en un concurso cultural. Para estos jóvenes es siempre un momento de apertura, ven a otras personas, otros modos de vivir y de comportarse, y también sirve de estímulo para hacer mejor las cosas y renovarse. Tres cuartas partes de los animadores son pagados por una asociación austríaca y para algunos viajes u otras cosas es la parroquia quien ayuda.
También acompañamos unas quince familias que reciben una asignación mensual. El proyecto para el futuro es crear una pequeña fisioterapia donde podrá trabajar la Hna. Adeline. No se sabe si como funcionaria, por ahora estamos arreglando dos habitaciones en el interior del centro, más un baño y una sala de espera.
Para caminar con la gente es necesario el tiempo, sin embargo, ya sabemos que nos quieren. Dentro de la ciudad hay mucho movimiento. Los habitantes vienen de todas partes, pero el problema es que no hay trabajo.
No es fácil crear una comunidad, porque muchos se dicen católicos, pero ellos ni siquiera están bautizados o son indiferentes por diversas razones.
El Señor nos recuerda su presencia todos los días y renueva nuestra esperanza. Esta es nuestra fuerza, porque juntas somos más fuertes. Gracias por su comunión y oración. Sr Marlyse, Berra, Rubik, enero 2015