Aunque el 13 de noviembre caiga en día laborable, aunque la temperatura descienda e invite a quedarse en casa en lugar de salir a la calle, en Pozzaglia siempre ocurre algo bonito.

La gente se reúne para celebrar la fiesta litúrgica de Santa Agostina.

Este año se celebraba un aniversario especial: ¡130 años de su muerte!

En la iglesia, como siempre, hermosas flores en el altar y delante de la urna que contiene sus restos mortales. Hermosos himnos alegraron los corazones de quienes habían recorrido muchos kilómetros para llegar a Pozzaglia, este «nido de águilas» enclavado en medio de bosques de robles y hayas.

Casualmente, el 13 de noviembre es el Día Mundial de la Amabilidad, y este año la Asociación Cultural i Copimisti, con sede en Roma, en memoria de la angelical figura de Santa Agostina Pietrantoni, decidió donar el Banco de la Amabilidad a Pozzaglia. Fue una ceremonia sencilla y significativa al mismo tiempo: un panel, una pequeña mesa con placas, la bandera italiana con el logotipo de la Asociación, globos rosas y el banco cubierto con una hermosa cortina verde crearon el ambiente adecuado para lo que iba a suceder poco después.

Tomaron la palabra el Alcalde, Bruno Colio, la hna. Rita, Hermana Serviente de la comunidad de Pozzaglia, y el Párroco, el Padre Marco: al unísono, expresaron su sincero agradecimiento por haber elegido Pozzaglia para este regalo y expresaron su deseo de que sea un signo capaz de contribuir a mejorar cada vez más las relaciones dentro de la comunidad.

Con un caluroso aplauso, se descubrió el Banco, seguido de la entrega de una hermosa placa al alcalde, al párroco, a la Asociación de Fieles de Santa Agostina y a la Comunidad de las Hermanas de la Caridad. La Hermana Rita correspondió entregando a los miembros del grupo un kit con folletos sobre Santa Agostina.

Tras la ceremonia en la plaza central de Pozzaglia, se celebró la Santa Misa en la iglesia parroquial. En su hermosa homilía, el P. Marco recordó cómo vivió su último día la Patrona de las Enfermeras de Italia: vestida con un delantal blanco, con una sonrisa en la cara, «volaba» a la sala para prestar su servicio con amor, con bondad, con paciencia y con cuidado. La santidad de lo cotidiano: pequeñas acciones que emanaban la fragancia de la caridad.

Al final de la misa, en el salón comunal, a la espera de todos los participantes, en mesas bien preparadas abundaban los bocados salados, los dulces, las bebidas, el vino espumoso para brindar, etc. Un momento de convivencia festiva. Antes de abandonar el pueblo, los bienvenidos fueron llevados a visitar la casa natal de Santa Agostina, donde se recogieron numerosos objetos pertenecientes a su familia de origen.

Ahora, el Banco de la Amabilidad es el hogar de las numerosas personas que se sientan allí cada día para disfrutar del último calor del otoño y charlar despreocupadamente. Muchas GRACIAS a los Copimistas no sólo por el Banco, sino también por todas las cosas buenas que hacen por los necesitados. La Providencia pasa por hombres y mujeres de buen corazón que saben hacerse hermanas y hermanos atentos, generosos, humildes, silenciosos y sonrientes, como nos enseña Santa Agostina.

Pozzaglia 16 de noviembre de 2024

Hermana Rita F.