«Estuve enfermo y me visitasteis…» Mt, 25: Bellevaux – La pobreza en el corazón del Evangelio

BELLEVAUX en Besançon: ¡un lugar del que han oído hablar todas las Hermanas de la Caridad del mundo!

BELLEVAUX: un lugar de pobreza y un lugar de riqueza…

En este lugar, Juana Antida encontró las mayores pobrezas y luchó contra ellas; se encontró con los pobres (presos, huérfanos, prostitutas, indigentes, hombres, mujeres, niños…) Con sus hijas, ¿qué experimentó en este lugar?

Su preocupación por la dignidad de la persona la impulsó y animó a buscar los medios y hacer todo lo posible para que cada persona se educara, se recuperara y, con su trabajo, contribuyera a una vida más digna y a la recuperación del establecimiento.

Jeanne-Antide veía a cada persona como un hijo de Dios y creía en la dignidad humana y espiritual de cada uno.

De 1802 a 2012, las Hermanas de la Caridad continuaron esta obra, esta misión iniciada por Jeanne-Antide: 210 años de presencia, de cuidado de los enfermos, de educación, de asistencia espiritual, de oración y de testimonio. En 2012, la Provincia se vio obligada a cerrar la comunidad por falta de «recursos humanos».

Agosto de 2024: Después de una larga ausencia del capellán por enfermedad, la Pastoral de la Salud de la diócesis de Besançon constata que Bellevaux «sufre espiritualmente» (según la expresión de uno de sus responsables) y se dirige a la Congregación para pedir a una Hermana de la Caridad que ejerza la capellanía en el establecimiento.

Una nueva presencia pastoral de las Hermanas de la Caridad

Y así, en septiembre de 2024, llegué tímidamente, pero segura de la Gracia de Dios, como delegada de la Diócesis y de la Provincia, para asumir la misión de capellanía en BELLEVAUX.

En esta foto, estoy junto al sacerdote que celebra la Eucaristía en Bellevaux cada semana.

BELLEVAUX hoy: un EHPAD (Establecimiento residencial para personas mayores dependientes) – 250 residentes, otros tantos miembros del personal, y familias que esperan apoyo espiritual para sus seres queridos y quizás para sí mismas.

Cada semana tiene lugar una celebración, eucarística o de otro tipo. Celebración de fiestas cristianas y visitas personales a los residentes que lo deseen.

Mi experiencia hasta la fecha no es lo suficientemente amplia. Sin embargo, ya puedo decir que la vejez es una pobreza que a veces va acompañada de soledad. Pero también puedo decir que cada persona es rica en experiencias, humanas y espirituales, rica en bellezas diversas y en amores vividos, aunque a veces, detrás de esas bellezas, percibamos grandes sufrimientos.

JEANNE-ANTIDE, cuyo marco y foto siguen velando por los ocupantes de la capilla, sigue velando por BELLEVAUX. ¡Yo personalmente me beneficio de ello!

Sin embargo, les pido que recen por mí, para que pueda responder, según la voluntad de Dios, a la misión que me ha sido confiada.

Hna Louisette D.