En la noche de Navidad, el Papa abrió el Jubileo de la Esperanza 2025: «Abrámonos con audacia a compartir la riqueza de nuestro Carisma, hecho de cercanía, compasión, ternura por los pobres, en Europa y en el Mundo, con la luz de la esperanza que nos da la fe». Así se abre la Circular nº 47 de la Superiora General, Madre María Rosa. Tras las Puertas Santas de la Basílica de San Pedro y de la Penitenciaría de Rebibbia, abiertas por el Papa Francisco, llegó el turno de la basílica de Roma, San Juan de Letrán, con la participación de algunas Hermanas de la Caridad de Roma y novicias. «Las palabras de monseñor Reina, Cardenal vicario, descendieron a nuestros corazones: Los brazos abiertos del Padre son la puerta santa. Es el abrazo sin limites del Padre, fundado en la ternura, la compasión y la esperanza inquebrantable, capaz de restaurar la dignidad».
Desde Koumra (Chad) nos llegan noticias de los encuentros en la parroquia de Santa Teresa. También aquí, los villancicos son una parte muy querida del tiempo navideño, porque contribuyen a la celebración con asombro del nacimiento de Jesús en Belén, ampliando la profunda atmósfera de recogimiento y gratitud. En este tiempo tan especial del año, 17 jóvenes de Malta, Rumanía, Albania e Italia eligieron pasar la Nochevieja de una forma alternativa, junto a los huéspedes necesitados del Comedor de Cáritas de la estación Termini de Roma. Con ellos, la hermana Melania, la hermana Rosaria, la hermana Ramona, la hermana Caterina, la hermana Andrea. Y mientras en cada hogar, comunidad, escuela, cárcel, parroquia, centro de acogida… preparaba e iluminaba espléndidos belenes, una antigua alumna de Mandello, Adriana L., creó un nuevo personaje belenista: la hermana Camilla, recordando la profunda fe y la importancia de la oración de aquella religiosa en su infancia.
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