¡Las Hermanas de la Caridad secuestradas y liberadas recibieron la gran alegría de una llamada telefónica del Papa Francisco!
La Hermana Gisèle, en nombre de todas las Hermanas, nos dice: «¡La llamada telefónica del Papa Francisco fue un momento de gracia y de gran alegría! Un fuerte signo de comunión que infunde esperanza».
«El Papa Francisco – continúa emocionada sor Gisèle – nos ha animado mucho a continuar nuestra misión, después de lo que nos ha pasado. Nos ha pedido que sigamos dando testimonio de Cristo, que recemos por él, que él rezará por nosotras».
Las llamadas del Papa Francisco son ya incontables y no todas se conocen. Pero para quien las recibe, como en este caso la comunidad de Bocaranga, expresan la sintonía de su corazón con los sentimientos, preocupaciones y temores del otro. Y para quien las recibe, representan la cercanía, el apoyo, el aliento de toda la Iglesia.
Gracias, Papa Francisco, y un abrazo a nuestras Hermanas de Bocaranga: que la fuerza y la audacia de Santa Juana Antida sean vuestras.