Nuestro país, la República Centroafricana, está como todos ustedes saben, viviendo en la incerteza que parece no tener fín. Una gran parte del territorio está en las manos de varios grupos armados… En nuestra diócesis después del ataque a Bocaranga, el 2 de febrero pasado, le tocó a Ngaoundaye, y la semana pasada, le tocó a la fronterea del Camerún y del Tchad y del mercado de Baïboum…un punto estratégico.

Aquí en Bouar, reina la calma, cada tano, la guardia de la Minusca (Mission des Nations Unies pour la RCA) se intensifica, como despuées del 2 de febrero, cuando he podido ver de cerca un dron, en realidad la Minusca vino a st Michel para hacerlo despegar y vigilar la entrada de la ciudad… el aparato no pasó desapercibido a los ojos de los niños del barrio, a pesar de la hora ya tarde!.

A propósito de st Michel (el lugar del dispensario), los días pasan y se trata siempre de las mismas cosas, pero no faltan las sorpresas: un día, abandonado frente a la puerta, a la tardecita, está un enfermo con 30° de fiebre, esquelético, una tos que no deja ninguna duda sobre la tuberculosis que lo consume… no hubo otra elección que la de hospitalizarlo, pero era necesario encontrar una enferemera y esto requería de tiempo …

Otra vez nos llegó una mamá con un niño de 7 meses en los brazos. Vino porque el pequeño no estaba bien. Descubro que la mamá fue mandada junto a nosotras durante su embarazo, pero había rechazado responsabilizarse, aun después de tres visitas a domicilio de la obstetra que ha tratado de convencerla. EL examen clínico del niño no deja dudas sobre su enfermedad.. llevado al hospital sobrevivirá?. Ese día, desconcertada, me preocupé por buscar otras consultas, porqué tanta negligencia? Porqué tanta ignorancia?

El número de los enfermos que acogemos no para de aumentar, generalmente tenemos 50 consultas al día, el martes pasado hemos llegado a 70…

En comunidad estamos bien… ya estamos en el tiempo pascual.

No podemos no pensar a todos nuestros hermanos y hermanas que viven en la inseguridad, en la angustia de continuos atentados. La oración llega a nuestros hermanos Coptos golpeados en el corazón el día del domingo de palmas. Pero nosotras lo creemos: Cristo ha vencido a la muerte, una vez para siempre! Nada podrá separnos de su amor, ni la angustia, ni la persecusión.

CRISTO HA RESUCITADO , ALELUYA !

JESUS A ZINGO NA KWA, ALELUYA!

De la Hna. Christine Richard