Te encontrarás comprometida por primera vez en vivir plenamente la vida concreta de las Hermanas de la Caridad. ¡Es el momento de la encarnación y la misión!

Como junioras, así se llaman las hermanas jóvenes que renuevan su profesión cada año, recibirán una primera misión, un trabajo práctico en el servicio temporal y espiritual a los pobres que se llevará a cabo en colaboración con otras personas. Dentro de una comunidad local, donde se comparte la vida de las hermanas, con sencillez, oración y servicio.

El juniorado es también una época de formación religiosa y, a veces, incluso profesional. Tendrás la oportunidad de profundizar el carisma, la vida religiosa. Gradualmente, lo que has recibido en las etapas anteriores se incorporará a tu vida diaria. Regularmente volverás a leer tu experiencia con quienes te acompañan, pero también confrontándote con las hermanas jóvenes que viven en el juniorado.

Con los años, profundizarás tu vocación y verificarás, a través de momentos de alegría y entusiasmo, así como de otros momentos más difíciles, la llamada del Señor en esta Congregación y encontrarás una alegría cada vez más profunda de pertenecerle. ¡Para siempre!