L’Escale reúne a numerosos jóvenes, estudiantes y jóvenes profesionales (este año una treintena), 4 sacerdotes, una familia y nosotros, 4 Hermanas de la Caridad. También vienen muchos grupos: guías, scouts, confirmandos, peregrinos, etc.
L’Escale fue concebido como un lugar de anclaje para los jóvenes, para favorecer su crecimiento humano y espiritual. También pretende ser un lugar donde todos puedan sentirse acogidos, un lugar de renovación espiritual y de fraternidad.
¿Cuál es nuestra misión en l’Escale?
Si nos fijamos en lo esencial, nuestra presencia no parece gran cosa. Pero desde el punto de vista de la fe y el testimonio, nuestra misión es importante. Nuestra mera presencia ya plantea la cuestión de la fe, y del lugar de Dios en la vida del ser humano, y de este modo es como una propuesta de algo distinto a lo que ofrece la sociedad.
Es ante todo una presencia orante y acogedora. Somos conscientes de que nuestro testimonio de fe y de oración es una ayuda discreta para los jóvenes, y nuestra vida de consagrados es una invitación silenciosa a escuchar las llamadas del Señor.
Además de acompañar a los jóvenes, nos comprometemos, del mismo modo que ellos, a vivir los momentos fuertes de l’Escale y a participar en las actividades que se ofrecen. Al mismo tiempo que asumimos la misión de Escale, cada uno de nosotros tiene también su propia misión definida por el Consejo Provincial, o inspirada en las necesidades de la Iglesia.
Esperamos que nuestra presencia, aunque discreta y sencilla, haga visible el carisma de la caridad y ayude a los jóvenes a afianzar sus pasos en el camino que conduce a Dios y a los hermanos.
Otoño 2024 – Un nuevo comienzo para l’Escale
¡Llegó la vuelta en Escale-Jeunes! Y este año ha sido muy diferente a todos los demás, porque el número de residentes casi se ha duplicado. En total somos 45. ¡El responsable, el padre Pierre Imbert, está encantado de decir que la Escale se ha ampliado! ¡Y que hay que ampliar el espacio de la tienda!
- 4 jóvenes en las Hermanas de la Caridad, rue des Martelots
- 10 en las Hermanas de la Sagrada Familia
- 4 en el rue du Chapitre (donde vivían los Vicarios Generales del Arzobispo).
- El resto en l’Escale
¡Vuelta a la Escale!
El 21 de septiembre fue el primer día comunitario que nos reunió a todos por primera vez; es el día oficial de la vuelta al cole. Los jóvenes habían llegado durante las 2 semanas anteriores y todo el mundo ya se había instalado.
La jornada comenzó a las 8.30 con la oración. Era bonito ver las miradas de asombro de los recién llegados cuando entraban en la capilla, y a los miembros mayores entregándoles sus cancioneros y ayudándoles a encontrar las páginas del breviario. Los nuevos residentes miraban con admiración al ver que los mayores sabían cantar, animar y leer en el momento oportuno…
A las 9 de la mañana, gracias a un juego, todos se conocieron. Proceden de países y entornos muy diversos: África, Corea del Sur, Alemania, Italia y distintas regiones de Francia. También pertenecen a sectores muy diferentes.
A continuación hubo una visita a la Comunidad de las Hermanas de la Caridad, rue des Martelots. Para algunos, era la primera vez que entraban en un convento. Surgieron reflexiones como: «Es precioso», «Es muy grande», «No es tan austero como pensábamos», mientras las miradas curiosas recorrían los edificios.
También aquí, el conmovedor testimonio de la Hna. Xingua les causó una profunda impresión. Algunos ni siquiera sabían que había cristianos en China.
Después de la Eucaristía, un aperitivo ofrecido por la comunidad 131 reunió a hermanas y residentes en un ambiente alegre y fraternal. A la salida, se oía: «¡Las hermanas son geniales!».
La tarde pasó rápidamente entre juegos, visitas a las otras comunidades y topo. Por la noche, reunidos en la capilla de l’Escale, todos pudieron hacer balance de la jornada, hacer balance de lo recibido y dar las gracias.