Nace de la colaboración entre la diócesis de Roma y las Hermanas de la Caridad, que abren el jardín de la Casa Generalicia para sensibilizar a la gente a vivir una conversión ecológica.
A pocos pasos del congestionado tráfico de la capital romana, se abre un verdadero oasis de silencio y verdor que, en el marco de las iniciativas del Jubileo, y también después, estará abierto a los peregrinos interesados en vivir una experiencia ecológico-espiritual para profundizar en los contenidos de la Encíclica Laudato Si’ a través de itinerarios por la naturaleza, encuentros de oración e incluso breves retiros.
El parque, de doce hectáreas, estará abierto de viernes a domingo. Los peregrinos, que serán guiados por religiosos y laicos, podrán reservar individualmente o en grupo.
«En 2021, hemos aceptado la invitación del Papa de servir a la creación», afirma la hermana Mirna Farah, responsable del proyecto, que ayer guió a los primeros visitantes dentro del parque por el “Camino de Adán”, un recorrido meditativo en cuatro etapas acompañado de lecturas del Génesis. Los participantes entraron en relación con la creación a través de una experiencia multisensorial. No sólo con la vista y el oído, sino también con el tacto, tocando árboles, plantas y flores.
Están previstos varios itinerarios: uno teológico sobre la vocación del hombre, otro artístico ecológico para jóvenes que se preparan para la Confirmación, otro botánico espiritual y otro ecológico espiritual con experiencias sensoriales.
«Buscamos animadores que acompañen a los visitantes a descubrir el parque», subraya Maria Grazia, coordinadora de voluntarios -. Queremos formar a los jóvenes de Roma en esta espiritualidad ecológica”. Los jóvenes pueden unirse a nosotros con una disponibilidad flexible. Haremos un calendario mensual de visitas guiadas y los jóvenes podrán elegir a cuáles unirse, poniendo a disposición sus talentos».
La inauguración del jardín se había abierto con una misa celebrada en el parque por monseñor Francesco Pesce, coordinador pastoral del sector Centro y director de la oficina diocesana.
«Lugares como éste nos enseñan a promover un ecologismo ligado a la justicia social -señaló en su homilía-, nos ayudan a maravillarnos de la belleza, de la gratuidad, a escuchar y a dar voz libre a los sueños, como diría el Papa Francisco. Sólo así podemos darnos cuenta de que el tiempo maravilloso del que hablan los profetas ya está presente: es el hoy de Dios. La tarea de la Iglesia es precisamente ésta: dar testimonio de que lo que dicen los profetas es verdad, es Evangelio.
Así concluyó Oliviero Bettinelli, subdirector de la Oficina de Pastoral Social de la diócesis de Roma: «El jardín nos ayudará a reflexionar sobre la ecología integral y a volver a poner la Palabra en el centro, en un momento de la historia en el que la conexión entre la realidad social y el medio ambiente es cada vez más evidente». La crisis ambiental -señaló- es fruto de una crisis social, como enseña el Papa».