“El año que está por terminar fue un tiempo de particulares sufrimientos y divisiones que ha llevado al gobierno a declarar el estado de emergencia, lo cual comporta algunas limitaciones, entre las cuales el de las comunicaciones, pero que por ahora está al menos asegurando un clima de paz!”
Con el corazón colmo de gratitud y los ojos iluminados por la nueva luz de Navidad, renovadas por la misericordia de Dios, miramos a los eventos, leemos las historias, encontramos personas y nos dejamos sorprender por un Dios realmente vivo y presente en medio a nosotras.
Con estos nuevos sentimientos leemos la historia de Salam, una niña de 5 años, hija de una joven policía de la ciudad, incapaz de caminar y de estar de pie, incapaz de comer sola, ni de hablar. Acompañada en sus primeros años de vida por sr Costanza y por el programa de los niños en dificultad, la pequeña llegó este año a nuestra escuela materna.
El primer sentimiento de miedo que ha impregnado a la hna. Sheema, a la idea de que esta pequeña podría ser víctima de algún incidente entre niños, o reaccionar negativamente al estar con los demás, fue inmediatamente superado gracias a la sonrisa de Salam. No pudiendo comunicarse de otra manera, por sus dificultades físicas, la pequeña parece querer absolutamente entrar en relacione con los demás con toda si misma… con ojos luminosos y con una linda sonrisa que atrapa.
Después de casi tres meses de escuela, gracias a la fidelidad de la hna. Sheema y de las otras maestras en la asistencia durante las clases y los momentos de recreación y gracias a la fiel asistencia médica de la hna. Costanza, Salam logra finalmente estar de pie por algunos instantes… adar sus primeros pasos fuera del andador!… y a llamar por su nombre a sus mejores amigas! Milagro? Sí, milagro del amor y de la comunicación de los corazones. Salam creció y sus condiciones motorias están mejorando, y… como ella también nosotras hemos crecido… su sonrisa nos han contagiado… ahora sabemos sonreír mucho más!
Nos gusta también contarles la historia de Wezaro, una mujer joven de Shire que vino para pedir ayuda y atención medica en nuestro Health Center, había recibido, entre las otras terapias, también la de una mejor nutrición. No teniendo nada, ni siquiera una casa en la cual estar, sr Costanza acordó con ella que recibiría gratuitamente cada día la leche de nuestras vacas. Que alegría para ella! La leche de la tarde está lista alrededor de las 16:00 – 17:00 hs. pero ella llegaba a nuestra misión cerca del mediodía, y se queda esperando. ¿No tenía reloj? Certo!. ¿No tenía nada que hacer? Certo!. No tenía con quién estar? Cierto!. Al lado a nuestro portón se sentaba a mirar, y tímidamente saludaba a quien pasaba por allí… cada día con el mismo y único vestido que tenía, con el rostro hinchado por las medicinas y por la enfermedad. Su infinita paciencia y grandísima calma pero sobre todo su atención a todos, no podían dejarnos indiferentes y así le hemos ofrecido de transcurrir aquel tiempo no en el portón, sino el “laboratorio” de la Promoción Femenina junto a otras mujeres. La enseñanza, la acogida y el compartir le han permitido de mejorar a sí misma!. Su salud es buena ahora, y en este momento con el sueldo que le damos por sus trabajos puede alquilar una casa, comprar aquello que necesita… es independiente y ha iniciado a cuidarse a sí misma… Parece otra persona!
Gracias Señor porque nos haces experimentar tu Palabra:
“El Señor, tu Dios, está en medio a ti, como un potente que salva; el se alegrará con la gran alegría por causa tuya; si descansará en su amor, exultará, por causa tuya, con gritos de alegrías” (Sof 3,17).
Hna. Costanza, Hna. Sheema, Hna. Aline, Hna. Lemlem, Hna. M.Luisa
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