Más que una escuela, ¡un colmenar! La escuela infantil “Jardin de Marie” es más que una institución escolar. Es un colmenar donde bebés, niños, niñas y jóvenes con necesidades especiales conviven alegremente en el espacio verde de la única escuela católica de la ciudad de Nag Hammadi, situada en la orilla izquierda del río Nilo, a 80 km al noroeste de Luxor, y que cuenta con unos 40 000 habitantes.
La escuela, que lleva el nombre de «Jardín de María», fue fundada en 1962 por las Hermanas de la Caridad, que han sembrado allí, durante 63 años, las semillas de la fraternidad, la ternura y el respeto mutuo. La Hermana Manale presenta la especificidad de las tres realidades educativas que coexisten en perfecta armonía dentro de la misma institución educativa.
– «La guardería de los Ángeles»: Esta guardería es un verdadero enjambre que acoge a unos 210 niños de entre 3 meses y 4 años. Es aquí donde la inocencia, el bienestar psicológico, la energía positiva y el entusiasmo perfuman el ambiente de nuestra institución. Dieciocho educadoras y empleadas trabajan con la hermana Sabrine NAÎM para acompañar a los niños en sus primeros meses.
– La escuela infantil: La segunda realidad educativa es la escuela infantil, donde 352 niños aprenden los primeros conceptos básicos de lectura y escritura. La demanda es tan grande que nos vemos obligadas a admitir de 40 a 44 niños por clase. Treinta maestras se entregan en cuerpo y alma para ofrecer una enseñanza de calidad y adaptar el aprendizaje a las necesidades de los niños.
– El Centro de acogida de niños con necesidades especiales: La tercera realidad que late en el ritmo de nuestros corazones y que llama la atención de todos es el «Centro del Amor», que acoge a niños con trastornos motores o psicológicos. Estos niños y adolescentes sufren de autismo, parálisis cerebral, trisomía (síndrome de Down), H.I.D. o hiperactividad… Este servicio requiere abnegación y generosidad de alma… Con estos niños aprendemos a tener paciencia, a no esperar un resultado rápido y directo, a cooperar con el equipo de profesionales; es el lugar de la aceptación del otro tal como es, con sus límites y su vulnerabilidad. Esta es la razón principal de su nombre «Centro del Amor». El testimonio de la Hermana Nohad y de las monitoras es bastante elocuente. Su bondad es alabada continuamente por los padres musulmanes y cristianos.
Nuestra institución, al igual que las escuelas católicas de Egipto, reúne a niños de diferentes religiones, les enseña a crecer juntos en el respeto mutuo y a amarse. Frente al auge del fundamentalismo, necesitamos cada vez más escuelas y centros que tejan pacientemente los eslabones de la tolerancia y la apertura al otro. Nuestra sociedad necesita «abejas» ágiles y hábiles que se ocupen de la ciudad y le aporten un placer relajante.
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