26 de diciembre 2021 en Kfour.
Alrededor de sesenta hermanas de Siria y Líbano se reúnen en Kfour en la casa de las hermanas ancianas. ¡Un auténtico reto en estos tiempos de crisis de todo tipo! ¿Hasta cuándo dejaremos que la pandemia domine y nos prive de encuentros fraternos?
Las distancias y los tapabocas están a la orden del día. Todas recordamos la amarga experiencia del año pasado cuando, viniendo al funeral de una de nuestras hermanas, ¡algunas de nosotras terminamos en el hospital!
Nuestra huésped de honor es la Hna. Mary Stephanos, recién llegada de Roma. Estamos todas felices de tenerla nuevamente en medio nuestro.
El programa de la jornada es sencillo… se inicia con la Liturgia Eucarística de la fiesta de la Sagrada Familia.
En su homilía, el P. Pierre señala tres puntos sobre la educación y la vida familiar inspirados en el Evangelio de este domingo (Lc 41-52):
– Educar implica rituales… leyes… vínculos, siempre que se acompañen de un testimonio de vida y de explicaciones convincentes.
– Dejar que el joven emprenda caminos, iniciativas; confiar y siempre acompañar a distancia…
– ¡Saber guardar, como María, los acontecimientos como éstos, en el corazón!
Luego, nos dirigimos al comedor. La asamblea no tarda en darse cuenta de las dotes culinarias de nuestro cordón azul: las hermanas Kawkab, Jacqueline, Fériale Younes… quien para el plato caliente, quien para la repostería, quien para la ensalada y la presentación de todo lo necesario para una comida festiva: aves de corral llegadas directamente del Alto Egipto, postres de Sancey y el tradicional tronco de Navidad, ¡un postre local!
Entonces nos dedicamos al intercambio de saludos y regalos.
La crisis económica se impuso sobre nosotras, ¡la sobriedad es la palabra clave! ¡Pero esto no quita la alegría del encuentro!
Al comienzo del Adviento, cada comunidad sorteó el nombre de quien se convertiría en el Ángel de la Guarda a quien se le ofrecería un regalo de su elección, en el momento oportuno y en secreto hasta el momento en que todo sería revelado…
Las hermanas jóvenes, como un sequito de ángeles vestidas de blanco, salen del pesebre y cantan alabanzas a Dios, y visitan la tierra para descubrir la realidad humana. ¡Sus nombres hay que adivinar: ternura, bondad, sabiduría, perdón, escucha, compasión, solidaridad, misericordia, amor, acogida, cercanía, sencillez!
Conmocionados por lo que encuentran: violencia familiar, crisis económicas y de salud, guerras, esclavitud angustia de los migrantes… los ángeles se preguntan: “¡No entendemos por qué el Señor nos envió y qué podemos hacer ante estas trágicas situaciones”!
Continuando su camino, llegan a las comunidades de las Hermanas de la Caridad, quienes se cuestionan sobre su misión…
Sorprendidos, los ángeles descubren con asombro que todavía hay personas en esta tierra que se entregan… Siempre hay estrellas que iluminan la oscuridad de este mundo.
Animados, nuestros ángeles envían un mensaje de esperanza a cada una de las comunidades, agradeciéndoles todo lo vivido durante el último año…
¡A su vez, cada una intenta adivinar quién es su Ángel de la Guarda! Pero ¿por qué signos lo reconocerán? Al ritmo de los villancicos que llegan de todas partes, intercalados con pasos de baile… todas intentan adivinar el nombre del Ángel de la Guarda, curiosas por descubrir el preciado regalo. El momento de una sesión de fotos, un mensaje, directamente del cielo y las 12 comunidades se comunicarán con estos extractos del mensaje de los ángeles a las comunidades:
Gracias por haber sido este corazón que escucha, alivia y consuela.
Gracias por todos sus gestos de misericordia… especialmente hacia los más débiles y necesitados.
Gracias por todas sus iniciativas de solidaridad hacia el hombre y la naturaleza.
Gracias por tu compasión, gracias por estar cerca de cada persona que sufre.
Gracias por ser el Rostro de Cristo, abierto y revelador de la acogida del Señor para cada persona.
Gracias por haber aliviado la angustia de sus hermanos y hermanas, reavivado su esperanza y sostenido su valor.
Gracias por, tu vida que testifica que el amor es paciente y no se hincha de orgullo… que se alegra con la verdad… perdona todo, espera todo, soporta todo.
Apasionada de Dios y del futuro de la humanidad, gracias por haber elegido dejar que tu corazón de piedra se transforme poco a poco en un corazón de carne…
Gracias por el perdón dado y recibido… gracias por tu benevolencia.
Gracias por ser maestras en » el cuidado- disponibilidad hacia los pobres y escucha de los pobres”. Ustedes son maestras, no con palabras, sino con hechos, con la historia de muchas de sus hermanas que dieron la vida por ello. Y como dijo la precedente Superiora General: “Vuelvo a la calle”, también su lugar está ahí, al lado del grito de los pobres, escuchando los sufrimientos… El Papa Francisco a las Hermanas de la Caridad. ¡Gracias a ustedes que lo viven plenamente!
¡Este es el mensaje de la Encarnación! Dios quiere decirnos que la humanidad es buena y que el mundo puede ser un lugar de convivencia.
¿Dios vino al mundo para enseñarnos a vivir como seres humanos?
Gloria in excelsis Deo…..
¡Gracias a las hermanas jóvenes por esta animación tan agradable que nos mantuvo en marcha hasta la noche!
Gloria in excelsis Deo…..