Del testimonio de la hermana Myriam:

«Cuando nuestra Superiora Provincial me preguntó si aceptaría ser la persona de contacto de Laudato Si’ para la Provincia, mi primera reacción fue decir que no, porque me sentía muy incompetente. Pero tras un período de reflexión y oración, acepté por varias razones:

  • Era un servicio que la Congregación me pedía.
  • Corresponde a una de las orientaciones del último Capítulo General.
  • Responde a la llamada reiterada y urgente del Papa Francisco a una «conversión ecológica integral».

Así que me lancé de lleno a la formación y a la acción, intensificando mi oración.

Fue entonces cuando descubrí, asombrado, horizontes insospechados y, sobre todo, el alcance, la gravedad y la complejidad de la crisis que estamos viviendo a nivel mundial, una crisis ecológica y social que no podía dejarme indiferente como persona consagrada. A medida que hacía nuevos descubrimientos, tenía que cultivar la esperanza, porque me sentía abrumado y, a veces, incluso angustiado… Pero yo no soy el Salvador del mundo… Sólo tengo que poner mi granito de arena, con los demás, segura de que el mundo ya está salvado.

Así es como creamos un pequeño grupo Laudato Si’ aquí en San Sebastián, llamándolo «El Colibrí».

Conmigo, tres adultos, cinco adolescentes y tres niños estamos descubriendo la realidad de nuestro mundo y la encíclica Laudato si’. Estamos abriendo los ojos a la belleza de la Creación, con asombro y gratitud.También estamos intentando, a nuestra pequeña manera, reparar las heridas causadas a nuestro Planeta, y llevamos todo esto a la oración. Nos conectamos con otros que están haciendo lo mismo, y tratamos de compartir nuestros descubrimientos con los que nos rodean, empezando por los más cercanos.

Hoy doy gracias a Dios y a nuestra Congregación por confiarme una nueva misión y permitirme así renovarme desde dentro. Porque estoy convencido de que Dios siempre da lo que pide y capacita a los que llama».

Dios que hace nuevas todas las cosas

Cuando sopla el viento del Espíritu

Ven y obra tus maravillas también hoy

Hermana Myriam, San Sebastián – España