Nuestros hermanos y hermanas cristianos de Laos y Vietnam tienen una historia que merece la pena conocer, una historia de paciencia, humildad, pobreza, proximidad concreta a las minorías pobres e iniciativa apostólica.

Laos

En los años 30, el padre Victor Barbier, responsable de la cristiandad de Thakhek, compuesta principalmente por vietnamitas llegados de Vinh, donde había sido párroco, pidió a las congregaciones femeninas de Europa que vinieran a trabajar a Laos. Tras 26 respuestas negativas, la superiora general de las Hermanas de la Caridad, la madre Anne Lapiere, aceptó el llamamiento el 14 de enero de 1934. Ese mismo día, en Roma, Pío XI proclamó santa a la fundadora Madre Thouret.

En 1975, el régimen prooccidental fue sustituido por otro marxista-leninista, en sintonía con los demás estados asiáticos. El poder pasó a manos del Partido Popular Revolucionario Lao, que lo sigue ostentando hoy en día. Los misioneros extranjeros fueron expulsados, los edificios eclesiásticos nacionalizados, incluso las Hermanas de la Caridad tuvieron que dispersarse por los pueblos, yendo a compartir la vida sencilla de la población rural.

En este contexto aún difícil, la Iglesia prosiguió su labor, forjando buenas relaciones con el partido en el poder, pero velando siempre por salvaguardar los derechos de los más débiles. Algunos obispos, sacerdotes y laicos del país han sufrido años de encarcelamiento. Por ello, la presencia de las Hermanas de la Caridad en Laos es también muy delicada.


Vietnam

Una comunidad cristiana celebra su 300 aniversario: es 1997 en Thoninh, en la diócesis de Vinh. Para la bendición del nuevo edificio parroquial, participan algunas Hermanas de la Caridad originarias de esa comunidad. Se inicia un diálogo entre las Hermanas de la Caridad y la Iglesia católica de Vietnam, y en el año 2000, una Hermana de la Caridad de Saigón acoge a algunas jóvenes que desean consagrarse al Señor, y acoge en una pobre y pequeña casa a una anciana que cuidaba de un sacerdote anciano y enfermo.

Los cristianos de Vietnam están orgullosos de su fe arraigada en la piedad familiar y caracterizada por un fuerte arraigo parroquial. La sociedad vietnamita, y la propia Iglesia, muestran un dinamismo admirable y, en el caso de la Iglesia, paciencia cuando el Estado ha creado dificultades. Las Hermanas de la Caridad participan activamente en la vida social y eclesial.