Una antigua alumna de Mandello y su nueva figura de belén: «Para el proyecto del belén, en realidad, estaba prevista otra Hermana: la Hna. Eufemia, una figura importante en la comunidad de “Santa Juana Antida Thouret”, apreciada por muchos en Mandello del Lario por su constancia, su compromiso y la calidad con la que afrontaba las diversas tareas relacionadas con su función,
Era una figura apreciada por las Hermanas, que veían en ella a una Hermana mayor, capaz de hacerse cargo de todas sus necesidades y de responder a ellas con eficacia.
La Hermana Eufemia habría representado muy bien el valor de estar al servicio de los demás.
Pero algo no había ido bien, y de mis manos había salido una figura menuda y esbelta, nada que ver con la Junoesca Eufemia.
Un momento de desconcierto, la hipótesis de rehacerlo todo, luego la consideración salvadora:
«Si el gran Leonardo cometió errores al pintar la Última Cena, hasta el punto de que se le considera el principal responsable de su degradación por haber utilizado en la pared una técnica pictórica apta para tablas de madera, ¿debo yo, que no soy figurinista, preocuparme por el resultado, lejos del proyecto? De ninguna manera!».
Así que decidí mantener la forma intacta y darle un nuevo significado: ya no la efectivamente servicial Hermana Eufemia. ¿Pero quién?
Al final me llegó la epifanía: la estatua no sólo recordaba a la Hermana CAMILLA en apariencia, sino que ella, que en mi opinión siempre había sido una figura secundaria en la comunidad, podía encarnar un valor de primer orden: el de una fe profundamente vivida.
Hay varios testimonios que lo demuestran. Una niña del pasado, que me expresaba repetidamente su amor por las Hermanas de «Santa Juana Antida», que me repetía que teníamos la suerte de haber sido acompañadas por ellas en nuestro crecimiento, recuerda con voz conmovida un episodio, que me parece un ejemplo de cómo en la vida de cada uno de nosotros ciertos acontecimientos pueden dejar una huella indeleble en nuestra experiencia.
La Hermana CAMILLA, testigo de una fe profunda y de la importancia de la oración
Transcribo fielmente sus palabras: «Yo era una niña, la hermana Camilla no tenía mucho que ver conmigo. Me relacionaba mucho más con las Hermanas Eufemia, Antida, Emma. Aún no habíamos hecho la Primera Comunión. Creo recordar que la Hermana Antida me mandó a hacer un recado a la guardería, no lo sé.
Conocí ciertamente a la Hermana Camilla que me llevó, no sé ni por qué, a su capilla, me acompañó delante del sagrario y me hizo poner la mano en el sagrario, en la cerradura para ser precisos, diciéndome: «Pon tu manita aquí. ¿Sientes? Jesús está dentro».
¿Sabes que cada vez que voy a la iglesia y miro el sagrario, me acuerdo de este hecho?
En aquella época, ¿quién iba a poner la mano en el sagrario? Nadie se atrevía.
Incluso ahora que soy mayor, cada vez que voy a la iglesia, me viene este recuerdo».
Adriana Lafranconi, 31 de diciembre de 2024
extracto de www.claudiobottagisi.com/2024/12/ritratti-mandellesi-suor-camilla