La Oficina de Comunicación, con la hermana Solange W., Sara M. y la hermana Paola A., participó en Roma en las tres intensas jornadas dedicadas al Jubileo de los Comunicadores, que dieron el pistoletazo de salida a la larga serie de Jubileos de las distintas «categorías» que seguirán, hasta el Jubileo de los Presos, el 14 de diciembre de 2025, que cerrará el círculo abierto con la Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia el 26 de diciembre del año anterior.

Desde el primer acto en el que participamos –la liturgia penitencial en San Juan de Letrán el viernes 24 de enero– nos sentimos interpelados como trabajadores de la comunicación: la liturgia penitencial fue dirigida por el padre Giulio Albanese, director de la Oficina para las Comunicaciones Sociales del Vicariato de Roma, y seguida de la misa internacional de la memoria litúrgica de San Francisco de Sales, patrono de todos los trabajadores de la comunicación, presidida por el cardenal Baldo Reina, vicario general del Papa para la diócesis de Roma.

Escuchamos dirigida a cada uno de nosotros en la Oficina de Comunicación la página evangélica recordada por el Card. Reina: Jesús es alcanzado por una noticia. Hay una mujer sorprendida en flagrante adulterio, pero Jesús no se centra en la noticia, sino que pregunta ¿dónde está la esperanza ante el hecho que se le presenta?

Jesús no se pone de parte de la mujer para justificarla, ni de parte de los que la habían puesto ante él para anular la ley, sino que entra en el corazón de esa mujer, trata de percibir la belleza, la preciosidad de ese corazón que es mucho mayor que los errores que ella ha cometido. Y finalmente, Jesús ofrece a la adúltera un horizonte de esperanza, que será el Jubileo de la adúltera. Y así, si también nosotros queremos celebrar nuestro Jubileo como el mundo de la comunicación, abracemos este estilo que Jesús nos ofrece.

Los tres, por tanto, hemos querido pedir también la gracia de celebrar nuestro Jubileo, con su momento más emotivo durante la mañana siguiente: «peregrinos de la esperanza», a las 7. 30 del sábado 25 de enero, día de la Conversión de San Pablo, otro gran comunicador, atravesamos la Puerta Santa: como Jesús con la mujer adúltera, que nuestra comunicación vaya más allá de nosotros mismos, de nuestros esquemas, de nuestros estereotipos, para anunciar que el Reino de Dios está cerca y viene a nosotros, y viene en la atención que prestamos a las personas, ante las noticias y los artículos, en el cuidado que ponemos en escuchar a los demás, a través de sus aportaciones escritas y sus fotos, en leer la realidad y en contarla.

Nuestra peregrinación continuó después hacia otra etapa: la proclamación, junto con muchos otros trabajadores de la comunicación, del Credo de los Apóstoles ante el Altar de la Confesión de la Basílica de San Pedro.

Sabemos que este Jubileo de la Comunicación es el primero de la historia de la Iglesia católica.

Con nosotros estuvieron «presentes» todos aquellos -hermanas, laicos, voluntarios, familias, colegas, colaboradores, traductores, fotógrafos…- que nos ayudan en nuestro servicio, a crear comunión y puentes de diálogo en el sexto continente, el digital.

La hermana Paola A.