La hermana Melissa, trabajadora social, lleva un año trabajando en el Instituto Paulo Freire de Żejtun, Malta, fundado por los jesuitas malteses para promover la alfabetización y el desarrollo comunitario.
«Mi compromiso como trabajadora social en esta institución responde al carisma de las Hermanas de la Caridad, en el sentido de que la nuestra es una misión al servicio espiritual y temporal de los pobres.
Cada día me encuentro con personas sin hogar, hambrientas, analfabetas y en todas las formas de pobreza espiritual y material. A través de las diversas intervenciones y del trabajo realizado en el Instituto Paulo Freire, intentamos responder a estas necesidades y, al mismo tiempo, crear proyectos para prevenir situaciones de pobreza y desventaja.
Por eso, siguiendo el ejemplo de Santa Juana Antida, también intento ver la realidad de los pobres, mirar a la persona en todas sus dimensiones en diferentes situaciones.
Este servicio me lleva a ver en el corazón de cada situación el amor de Dios por los pobres y su voluntad de salvarlos. La misión que llevo a cabo en Paulo Freire me da también la oportunidad de encontrar e inventar los medios necesarios para ayudar a estos hermanos y hermanas necesitados en un espíritu de colaboración con otras personas interesadas. Vivo un servicio que me llama cada día a -amar a Dios y a mis hermanos y hermanas, miembros de Jesucristo, con todo mi corazón y con todas mis fuerzas-.
Esta fue una de las realidades de la educación no formal que la Oficina de Educación tuvo ocasión de conocer durante su visita. Puede descubrir esta labor visitando su página web: https://www.facebook.com/pfimalta
El brasileño Paulo Freire fue un educador que se ocupó principalmente de los más pobres que no tenían acceso a la educación. Desarrolló un sistema de alfabetización muy eficaz y una pedagogía mundialmente conocida. Se le conoce como el pedagogo de la esperanza. Sus ideas también se convirtieron en la base de innumerables movimientos democráticos en todo el mundo. Para Freire, la educación es una cuestión de vida, no de estudio.
En 1968 publicó su primer libro, La educación como práctica de la libertad. Su fama creció y fue invitado a enseñar en la Universidad de Harvard. En Estados Unidos pudo desarrollar mucho sus tesis pedagógicas. Su obra Pedagogía del Oprimido le dio fama mundial. Su vida y su obra siguen inspirando a miles de profesores de todo el mundo.
«No es en el silencio donde se hacen los hombres,
sino en la palabra, en el trabajo, en la acción-reflexión».
P. Freire