Cristo es la vid, y nosotras sus sarmientos
Fiesta de la Presentación de Cristo en el espíritu del Jubileo
nos invita a donar nuestra vida ¡con confi anza y alegría!
El Año Jubilar y sus numerosos acontecimientos sostienen nuestra fe y dan un nuevo impulso a nuestro deseo de seguir a Cristo como familia-congregación.
El 2 de febrero, conmemoramos con toda la Iglesia la Presentación de Jesús en el Templo, fiesta de la vida consagrada. Hemos escuchado esta llamada a fortalecer nuestra fe en un espíritu de confi anza y apertura.
Como dijo el Papa en su homilía del 2 de febrero de 2016:
Los consagrados y consagradas están llamados ante todo a ser hombres y mujeres de encuentro. De hecho, la vocación no comienza con un proyecto estudiado «en un escritorio», sino con la gracia del Señor que nos llega a través de un encuentro que cambia la vida. Quien se encuentra verdaderamente con Jesús no puede quedarse como estaba antes. Él es la novedad que hace nuevas todas las cosas. La persona que vive este encuentro se convierte en testigo y hace posible el encuentro para los demás; y se convierte también en promotor de la cultura del encuentro, evitando la autorreferencialidad que nos hace encerrarnos en nosotros mismos. En nuestra vida cotidiana, avancemos por el camino del encuentro con Dios y con nuestros hermanos como testigos de la esperanza.