El 15 de marzo de 2022 la comunidad cristiana de Pakistán se reunió para un acontecimiento histórico: el inicio oficial de la investigación diocesana en la Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Akash Bashir, exalumno de Don Bosco, primer ciudadano pakistaní en proceso de beatificación y canonización. La Catedral del Sagrado Corazón en la ciudad de Lahore no pudo contener la multitud de fieles que se reunieron para la ceremonia de apertura de la fase diocesana, así como para la solemne celebración eucarística.
El 15 de marzo de 2015 ahora se recuerda no como un día de luto y sufrimiento, sino como un regalo de Dios, el regalo del martirio de Akash Bashir, un joven de 20 años que demostró el poder del servicio y el valor incalculable de la fe al mundo entero. El 15 de marzo es ahora un día de alegría, unidad, oración y esperanza para la minoría cristiana en Pakistán.
Akash Bashir, de nacionalidad pakistaní, se sacrificó el 15 de marzo de 2015 para evitar que un terrorista suicida causara una masacre dentro de la iglesia de St. John en Youhanabad, el barrio cristiano de Lahore, Pakistán. Akash Bashir tenía 20 años, había estudiado en el Instituto Técnico Don Bosco de Lahore y se había convertido en voluntario de seguridad.
Aquel trágico 15 de marzo, como todos los domingos, estaba tomando su turno. En concreto, estaba a cargo de supervisar la seguridad en la entrada de la iglesia de St. John. Mientras estaba de servicio le llegó la noticia de que la Iglesia de Cristo, un templo anglicano ubicada a 500 metros de distancia, había sido atacado por unos atentadores. Akash trató de poner en seguridad el área anterior de la iglesia de St. John cuando vio a un hombre corriendo hacia el edificio. Era un terrorista, empeñado en llevar a cabo una nueva masacre. Akash lo enfrentó, tratando de bloquearlo. El hombre lo amenazó, declarando que tenía una bomba consigo, pero el joven no se dejó intimidar y lo abrazó bloqueándolo para evitar que entrara a la iglesia. El atacante se inmoló, matando a Akash y a otros dos. Con su sacrificio, el joven salesiano salvó la vida de más de cien personas.
Su valiente acto sigue inspirando a los católicos pakistaníes hoy en su camino diario y los motiva a no desanimarse ante los muchos desafíos y persecuciones que aún deben enfrentar. El brillante ejemplo de Akash Bashir, exalumno salesiano, sigue difundiéndose por el mundo. Encarnó la palabra de Jesús: «Nadie tiene un amor más grande que esto: dar la vida por sus amigos» (Jn 15,13).