Katherine y luego Jessica nos cuentan con emoción la extraordinaria experiencia de cuatro días de Misión Juvenil Vocacional: como decía Santa Juana Antida, «Cuando Dios llama y tú lo escuchas, Él provee todo lo que necesitas».
En la misión vocacional juvenil, ASJA, durante cuatro días, tuve la bendición de vivir una experiencia inolvidable en el corazón de Paraguay, participando en una misión católica en la pequeña comunidad de María Antonia, seguida de un medio día en la ciudad de Carapeguéá.
En este tiempo, pude sumergirme en la vida de las personas que, a pesar de las dificultades, viven con una fe profunda y un amor inmenso por su comunidad y por Dios.
María Antonia: Un lugar lleno de esperanza y fraternidad
María Antonia es una pequeña localidad situada en el departamento de Paraguari, Paraguay, que destaca por su belleza natural, pero sobre todo por la calidez de su gente. Al llegar, nos recibieron con los brazos abiertos.
Las Hermanas de la Caridad, quienes lideran la misión en la región, nos mostraron el verdadero rostro de la generosidad y el servicio cristiano. Estas Hermanas, comprometidas con la educación y la asistencia a los más necesitados, nos guiaron durante toda nuestra estancia, enseñándonos que la verdadera misión no solo se trata de dar, sino también de aprender, escuchar y compartir.
Durante los días que pasamos allí, participamos en varias actividades de evangelización, acompañamiento a los niños y familias, y visitas a los hogares más vulnerables. Cada encuentro era un recordatorio de la belleza del servicio desinteresado y el poder de la solidaridad en Cristo.
La gente de María Antonia es increíblemente cálida, y su fe, inquebrantable. En cada sonrisa, en cada palabra, sentíamos la presencia de Dios actuando en sus vidas.
Las Hermanas nos mostraron cómo se lleva a cabo la misión en la práctica. A través de actividades de catequesis y apoyo a las familias, especialmente a las madres y los niños, las Hermanas de la Caridad trabajan incansablemente para sembrar esperanza y amor en la comunidad.
Nos impresionó profundamente la sencillez y la humildad con la que las Hermanas cumplen su vocación. No solo enseñan la palabra de Dios, sino que también son pilares fundamentales en el acompañamiento emocional y espiritual de las personas.
Un día en Carapeguá
Continuando la misión de esperanza Después de varios días en María Antonia, partimos hacia Carapeguá, una ciudad cercana conocida por su tradición católica y su conexión con las comunidades rurales circundantes. Pasamos allí medio día, en el que pudimos conocer un poco más sobre las realidades sociales y espirituales de la región.
A pesar de ser una ciudad más grande que María Antonia, Carapeguá conserva el mismo espíritu de comunidad y de fe. Las personas en Carapeguá también nos recibieron con una calidez especial, mostrándonos que, aunque las realidades urbanas puedan ser distintas, la misión de la Iglesia es la misma: estar cerca de los más necesitados y llevar el amor de Cristo a cada rincón.
Durante nuestra visita a Carapeguá, tuvimos la oportunidad de interactuar con los miembros de la parroquia local, quienes nos compartieron sus esfuerzos por mejorar la vida de las familias en su comunidad. Al igual que en María Antonia, la Iglesia está muy involucrada en la educación y la asistencia social, buscando transformar las realidades a través de la acción caritativa y evangelizadora.
Katherine M., Fernando de la Mora, Paraguay