La asociación italiana Cuore Amico Fraternità ETS, que apoya la actividad misionera en todo el mundo desde 1980, premió el 19 de octubre de 2024 en Brescia a un religioso, una religiosa y una laica que trabajan cada día por la dignidad de cada ser humano en los países a los que les ha llevado la llamada de Cristo. Cada año, los galardonados reciben un total de 150.000 euros para apoyar su labor.
Este año, se han distinguido especialmente por la evangelización y la promoción humana y social de menores en dificultad:
la hermana Elvira Tutolo, originaria de Termoli, misionera de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret, en la República Centroafricana desde 2001. La suya es una batalla continua para salvar a niñas, niños y jóvenes de la violencia de una vida en la calle y del horror de las bandas armadas que infestan el país;
el padre Giovanni Gentilin, originario de Arzignano (Vicenza), es misionero canosiano desde 1989 en Manila, la capital de Filipinas, donde, entre chabolas y palafitos ruinosos del barrio de Tondo, trabaja para ayudar a niñas y niños en sus estudios;
Marilena Valvano, originaria de Salò (Brescia), en Venezuela desde 1993. Enfermera y naturópata, ayuda a los campesinos enseñándoles enfermería y a cultivar la tierra con métodos modernos. Para dar una nueva esperanza y un futuro a las niñas y los niños de la zona de Pozo Verde, creó una escuela de música que ahora goza de reconocimiento nacional.
El Premio Cuore Amico, en su 34ª edición, se concede cada año en octubre, el sábado anterior a la Jornada Mundial de las Misiones, por la Asociación Cuore Amico Fraternity ETS. Fue instituido en 1991 por Don Mario Pasini, sacerdote de Brescia, para llamar la atención sobre la actividad misionera, gran obra de la Iglesia para la promoción de los pobres del mundo.
La misión de Cuore Amico es apoyar a los misioneros en sus actividades y proyectos en África, Sudamérica, Asia y Europa. Las iniciativas financiadas son: escuelas de alfabetización, construcción de hospitales, iglesias y capillas en aldeas, pozos, cooperativas agrícolas y de trabajo, apoyo a la formación de seminaristas y novicios, atención a niños huérfanos y de la calle, y a personas afectadas por catástrofes naturales.