«Dios camina con su pueblo» es el tema del mensaje del Papa Francisco para la 110ª Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, presentado el 3 de junio de 2024, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Papa ha querido recordar que todos nosotros, pueblo de Dios, somos emigrantes en esta tierra, en camino hacia la «verdadera patria», el Reino de los Cielos. Los migrantes son un icono contemporáneo de este pueblo en camino, de la Iglesia en camino y, al mismo tiempo, es en ellos y en todos nuestros hermanos y hermanas vulnerables donde podemos encontrar al Señor que camina con nosotros.
Card. Michael Czerny, S.J., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, pidió que se hiciera más hincapié en los factores de empuje y atracción que subyacen a la migración forzosa, en lugar de rechazar y reprimir a los que están en camino.
Invitando a todos a cuestionarse a sí mismos, el cardenal añadió que «también nosotros, si experimentáramos tales presiones, huiríamos. Así pues, tratemos de ver a los migrantes como hermanos y hermanas, tanto si se ven obligados a huir como si están atrapados en la frontera, o ambas cosas. Sus viajes de desesperación y esperanza podrían ser los nuestros. Además, como afirma el Papa Francisco en su oración final, es un error posesionarse egoístamente del rincón de nuestra morada temporal en la tierra que Dios nos ha dado«. Al presentar el mensaje del Papa, el cardenal explicó que el Santo Padre «nos invita a leer las migraciones, a menudo forzadas, de tantos hermanos y hermanas como un verdadero signo de los tiempos, un icono de la Iglesia peregrina hacia la patria eterna».
La Hna. Patricia Murray, I.B.V.M., Secretaria Ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y delegada en la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, recordó cómo el Sínodo subraya el vínculo entre el grito de los pobres y el grito de la Tierra y la necesidad de abordar urgentemente la crisis ecológica si queremos proteger la vida de los más vulnerables y hacer frente a la amenaza que se cierne sobre toda la humanidad. La Hermana Murray nos invita a dejarnos interpelar por la estatua de la Plaza de San Pedro, «símbolo del dolor y la lucha del viaje de hombres, mujeres y niños en su esfuerzo por alcanzar la tierra prometida».
Acoger a migrantes y refugiados es crucial, todos ellos están heridos por profundos traumas: «Muchos han perdido sus hogares y medios de subsistencia debido al cambio climático y a la destrucción del medio ambiente. […] Algunos están profundamente afligidos, pienso en particular en madres y padres cuyos hijos se les han escapado de las manos en alta mar y en las tormentas y que están inconsolables por la pérdida de sus hijos e hijas o en los muchos que han visto morir a sus familiares y amigos por el camino, abrumados por las exigencias del viaje».
La Hermana Murray recordó otra imagen, la de la tienda de campaña, un recordatorio de «abrir espacios en nuestros corazones y vidas para el encuentro, el intercambio y la escucha profunda. Cuando escuchamos la historia de la otra persona, nos hacemos responsables de ella y ella, a su vez, se hace responsable de nosotros. Esta es la reciprocidad de participación, comunión y misión que está en el corazón de nuestra forma sinodal de caminar juntos, de vivir juntos».
Blessing Okoedion, superviviente de la trata, mediadora cultural y presidenta de Weavers of Hope, hizo una valiosa aportación.
Nacida y criada en el estado de Edo, considerado actualmente el centro de la trata de seres humanos en Nigeria, Okoedion fue engañada para venir a Europa en 2013, rehén de sus verdugos por una deuda de 65.000 euros. Ella cuenta: «Gracias a la educación que me permitió conocer mis derechos básicos, y gracias a Dios que me dio la fuerza y el coraje, conseguí escapar y denunciar. Después de denunciar, me llevaron a un centro de lucha contra la trata: la Casa Rut de Caserta, donde conocí a la hermana Rita Giaretta, actualmente responsable de la Casa Magnificat de Roma. Sor Rita fue para mí uno de esos buenos samaritanos de los que habla el Santo Padre cuando dice que, gracias a Dios, hay buenos samaritanos en el camino; esto es lo que experimenté cuando conocí a Sor Rita, que me acogió y me amó.
Este amor y esta acogida dieron a Okoedion, que ahora es testigo del fenómeno de la trata, la fuerza para escribir un libro – «El coraje de la libertad»- y convertirse en mediadora cultural e intérprete: «Decidí volver al ruedo, contar mi historia y luchar contra la trata de seres humanos. De esta lucha nació una asociación llamada Weavers of Hope, Tejedoras de Esperanza, fundada con otras mujeres africanas supervivientes de la trata de seres humanos. Okoedion se licenció en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad L’Orientale de Nápoles, con una tesis sobre la reintegración de las mujeres nigerianas víctimas de la trata en Italia.
El Día Mundial del Migrante y del Refugiado se celebrará el domingo 29 de septiembre de 2024.
Aquí tiene los materiales de preparación para tan importante día
Dios, Padre todopoderoso,
somos tu Iglesia peregrina
que camina hacia el Reino de los Cielos.
Cada uno de nosotros habita en su propia patria,
pero como si fuéramos extranjeros.
Toda región extranjera es nuestra patria,
sin embargo, toda patria es para nosotros tierra extranjera.
Vivimos aquí en la tierra,
pero tenemos nuestra ciudadanía en el cielo.
No permitas que nos constituyamos en amos
de la porción del mundo
que nos has dado como hogar temporal.
Ayúdanos a no dejar nunca de caminar
junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes
hacia la morada eterna que tú nos has preparado.
Abre nuestros ojos y nuestro corazón
para que cada encuentro con los necesitados
se convierta también en un encuentro con Jesús,
Hijo tuyo y Señor nuestro.
Amén.